jueves, 5 de abril de 2012

Algunos poemas de Sabina...

Aquí les dejo algunos poemas de Joaquín Sabina. El mejor letrista y , porque no decirlo, de los mejores poetas que ha tenido nuestro país.
A parte de su faceta de cantautor Sabina ha colaborado desde hace tiempo en revistas como Interviú o el "desaparecido" Público.



INTERIORES


El crepúsculo va con retraso
destiñendo la sal de la vida,
vivo en un callejón sin salida,
hace tiempo que no me hago caso.

Avanzando hacia atrás, paso a paso,
cada atajo parece una huida,
cuando pierda por fin la partida
roncaré a la salud del ocaso.

Romperé el comodín que me sobra,
tiraré a la basura la obra
que corrige con sorna el destino.

Y, desnudo, con ningún reproche,
le daré la razón a la noche
y abriré otra botella de vino.

Amanece peor cada día,
y, a pesar de las horas azules,
los relámpagos son tan gandules
como trenes sin norte ni vía.

Heme aquí sin hallar todavía
morbo y cólera en campo de gules,
entre harapos de velos de tules,
novio póstumo en cama vacía.

Con oído avizor, por si acaso
consiguiera indultar el fracaso
sobornando a la indómita musa.

Cuéntame, por tus muertos, le pido,
una historia de amores y olvidos
que me empuje a cantar sin excusa



CUERPO, CORAZÓN, DESEO.


El cuerpo tiene un ayer
que no se cura mañana,
nueve noches por semana
sin ganas de amanecer.
Laberintos del placer
cuando baja la persiana
del crepúsculo, Diana,
cazadora de vía estrecha,
clava su póstuma flecha,
en mi podrida manzana.

El corazón es un flan
que encoge con cada pena
y se inflama cuando suena
la flauta dulce de Pan.
Eva se va con Adán
porque el amor desenfrena
y, al calor de la verbena,
siempre aparece un muchacho
que le financia el gazpacho
después de la noche buena.

El deseo es un corcel
que la madurez embrida,
cuando el bajel de la vida
no acepta tratos con él.
No se trata de ser fiel
a la esposa malquerida
ni echar vinagre en la herida
de la loca juventud;
la pasión y la salud
pierden siempre la partida.



IF


Si cundieran
los milagros, si no tuvieran
alergia a la primavera
las amapolas,
si pudiera,
ángel travieso,
bucear
por los sótanos de un mar
preso
en una caracola,
si no viajara
tan sola
la luna
que se dispara,
tan hambruna
y tan despacio
por el espacio,
si se muriera
la muerte en un accidente
de carretera,
si tremolara
desde el palacio de Oriente
la bandera
tricolor de la tercera
república en el balcón,
si sirviera
esta canción
para que tú me absolvieras,
si no me doliera
tanto el corazón.

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